Sé que no tengo que descender hasta lo más profundo, para contarte un secreto
Sé que no tengo que gritar hasta quedarme muda, para que me puedas oír
Sé que no tengo que golpear mi cuerpo, para que perdones mis faltas
Sé que no tengo que irme a la luna, para estar más cerca de Ti
Sé que no tengo que fingir ser otra persona, para que te sientas a gusto conmigo
Sé que no tengo que hacer nada de esto porque Tú siempre estas a mi lado, y en silencio me miras divertido de mis ocurrencias y desatinos, y también sufres y lloras conmigo cuando la tristeza me araña el rostro de pasada.
Tú siempre estás aquí cerquita de mí, y en mi. Gracias por hacerme más fácil el camino hacia Ti. Gracias porque, ni siquiera tuve que salir a buscarte, pues Tú llegaste primero junto a mi. Gracias porque a pesar de mis errores, siempre estas dispuesto a que empecemos de nuevo, y porque nunca he visto en tu mirada la odiosa expresión de que otra vez fracasaré, sino por el contrario, tu mirada siempre ha reflejado la esperanza que has depositado en mi, a pesar de todos mis errores.