Un poco de Lluvia

Un poco de agua sobre nuestros cabellos o sobre nuestra ropa, no arruinará nuestro día, por el contrario, refrescará nuestras ideas y nos hará ver el camino correcto.

La lluvia la envía Dios para sofocar el calor de la incertidumbre, del pesimismo, del malhumor. Ver la lluvia caer relajará nuestro entrecejo, aflojará los músculos de nuestra cara y entonces por fin aparecerá en nuestro rostro aquella sonrisa olvidada.

Recuerda que cada minuto es un buen momento para sonreir.

Camino de Luz

Mucha gente camina por la vida con una mano cubriendo sus ojos, y con la otra tanteando el lugar por donde van, no es de sorprenderse que al poco tiempo, las veamos tumbadas en el suelo, esperando que alguien las levante, mientras que aún siguen cubriendo sus ojos.

El que camina en oscuridad, sin duda, tropezará, pero el que anda en la Luz, encontrará el camino a casa, y sin duda podrá disfrutar del hermoso paisaje a lo largo del Aquel camino.

Feliz Día Papá

Mi Padre es perfecto...
Sabe todas las cosas que le pregunto,
Y puede hacer todo lo que Él quiera,
Y puede estar dónde Él quiera,
Y conoce todas las cosas del mundo,
Y tienen la fuerza de más de mil hombres,
Y su sola mano vence a millares,
Y sus ojos recorren la tierra entera,
Y su voz es como estruendo de muchas aguas.
Mi Padre canta y todo se hermosea,
Me mira y cambia mi tristeza en dicha,
Me abraza y conforta mi corazón,
Me habla y me olvido de todo lo demás,
Me alza con sus brazos y me siento libre,
Mi Padre es perfecto...
No existe nadie como Él
Él tiene muchos hijos y a todos los ama mucho
Él es el más sabio y el más amoroso
El es mi Padre Dios, y hoy le doy infinitas gracias
Por haberme dado un padre en esta tierra y por la dicha de tenerlo aún a mi lado.

Tu Mano aún me Sostiene

En medio de la oscuridad
Donde nada reina, sino sólo el silencio
Donde el frío de la indiferencia
Se confunde con la mirada de la desesperanza,
Cuando todos se han marchado
Con sus risas y sueños atados a sus corazones,
Cuando aún las estrellas del cielo perdieron su luz,
Y la luna llora su desventura, vilmente abandonada.
Cuando el color se desvanece, hasta volverse gris
Cuando ya ni alcance a ver mis manos ni mis pies...
Sé que Tú estarás allí para socorrerme
Y no dejarme caer por el barranco,
Tus promesas siguen vigentes
Tu mirada sino destilando amor,
Tus manos siguen apretando las mías
Y tu corazón, Amado Dios, sigue latiendo fuertemente  aún por mi…

Me gusta todo de Ti, Señor.

Me gusta caminar contigo, pues tus caminos son perfectos,
Me gusta hablar contigo, pues siempre tienes algo interesante que decirme,
Me gusta estar a solas contigo, pues así puedo conocerte mucho más,
Me gusta cantar contigo, pues cada día pones en mis labios una  nueva canción,
Me gusta reír contigo, pues el gozo que traes contigo me contagia,
Me gusta comer contigo, pues me compartes tu pan celestial, y el agua que sacia mi vida,
Me gusta estudiar contigo, pues compartes conmigo tu gran sabiduría,
Me gusta llorar contigo, pues contigo siempre encuentro consuelo,
Me gusta soñar contigo, porque contigo mis sueños se hacen realidad,
Señor me gusta estar a tu lado, gracias por estar siempre allí conmigo, en todo tiempo y en todo momento.

Ahora Entiendo

Antes eras para mí solo un nombre raro, alguien demasiado lejano, demasiado extraño, dentro de mi limitado mundo. Eras como una estrella fugaz, que no todos podían ver, y que el acercarse a Ti era sólo un privilegio de pocos. Eras como una enorme montaña que no podría escalar jamás; eras como el insondable mar que me causaba temor y desconfianza; eras como el sol de verano, demasiada exposición me parecía dañino.

Sin embargo, ahora que te conozco,  que no sólo mis oídos te oyeron, sino que mis ojos te pudieron ver, entiendo que Tu Nombre no era raro, sino sublime; entiendo que no estabas lejano, sino muy cerca de mi; que no eras ningún extraño, pues me conociste desde antes que yo naciera; entiendo que no eras como aquellas estrellas fugaces, sino que fuiste Tú quien creó cada una de ellas, para que sean vistas por aquellos que se atreven a mirar al cielo de vez en cuando; entiendo que no eras una enorme montaña a la que nunca podría subir, pues fueron tus manos las que me llevaron a tus alturas y desde allí vi todas las montañas del mundo, más pequeñitas que yo; entiendo que no eras como el insondable mar que me causaba temor y desconfianza, sino que al sumergirme en el mar de tu presencia, mi vida fue llena de paz y  seguridad; entiendo que no eras como el sol a cuya demasiada exposición me resistía, sino que comprendí que necesitaba mucho más de Ti, que necesitaba sobreexponerme a tu presencia, para poder nacer de nuevo.

Señor, a tu lado entendí que si no te hubiera conocido aún viviría atada a mis prejuicios y falsos conceptos, pero ahora gracias a Tí  soy completamente libre.

El Amor de Mi Vida

Señor, ¡Cómo no amarte!...
Si Tú tienes todas las cualidades:

Eres sencillamente: Perfecto, Alto, Sublime, Bondadoso, no guardas rencor, Amable, Amoroso, Tierno, Compasivo, Misericordioso, Manso, Guerrero, Victorioso, Salvador, Caballero, Paciente, Sabio, Justo, Eterno, Todopoderoso, Fidedigno, Insondable, Majestuoso, Soberano, Creativo, Benevolente...

Y tienes todos los oficios y profesiones:

Maestro: Porque me enseñas el camino al Padre,

Ingeniero: Porque le diste operatividad a mi vida,

Pintor: Porque tus manos pintaron el cielo de colores, y en mi rostro una gran sonrisa,
Psicólogo: Porque conoces mis pensamientos hacia Ti,

Consejero: Porque me aconsejas con sabiduría,

Constructor: Porque colocaste mis cimientos y construiste mi vida sobre tu fundamento,
Alfarero: Porque con tus manos me formaste, quebrando lo que no servía en mi,
Abogado: Porque me defiendes con justicia, delante de mis detractores,

Juez: Porque salvaguardaste mis derechos y me declaraste justa delante de Ti,
Arquitecto: Porque diseñaste y creaste todo lo que ven mis ojos y aún lo más lejano,
Médico: Porque tus manos sanaron mi cuerpo y me infundiste aliento de vida,
Sembrador: Porque fuiste Tú quien empezó a sembrar la preciosa semilla del evangelio,
Capitán: Porque diriges mi vidas en alta mar, y aun en medio de la tempestad, mi barca esta segura en tus manos,

Oculista: Por cuanto quitaste de mis ojos la venda que me mantenía ciega,

Pastor de ovejas: Porque me guías junto a tu rebaño, hacia pastos frescos y aguas cristalinas

Podólogo: Porque cuidas que mis pies se conduzcan por el sendero que haz trazado,
Albañil: Pues colocaste a Jesucristo, como la piedra angular de mi vida.

Por todo esto te amo mucho, y cada día anhelo amarte mucho más.