El Amor que Sana: octubre 2010

Eres mi alegría

Señor:

No necesito se niña, para que me lleves en tus brazos,

no necesito una pena en mi alma, para recibir tu abrazo,

no necesito encontrarme sola para sentir tu compañía,

no necesito llorar a mares para recibir tu consuelo,

no necesito sentir la escasez para que seas generoso conmigo,

no necesito que mi vida se derrumbe para sentir tu fortaleza,

no necesito un mar de problemas para experimentar tu ayuda,

no necesito sentirme triste para poder escuchar tu risa,

no necesito vivir en tinieblas, para que tu luz me alumbre,

Señor, Tú eres Dios de los que lloran asi como de los que ríen,

Y en mi gozo Tú también estás presente…siempre estas presente.

Plena Confianza en Ti

Si el hambre llegara a tocar mi puerta, Tú me proveerás el alimento,

Si el miedo llegara a rozar mi corazón, Tú me abrazarás con fuerza,

Si el frío llegara a tocar mi puerta, Tú me darás calor,

Si el silencio llegara a apagar mi voz, Tú me darás tus Palabras,

Si el dolor llegará a tocar mi cuerpo, Tú curarás mis heridas,

Si la noche llegará a oscurecer mi camino, Tú serás mi Luz,

Si la duda llegara a arañar mi fe, Tú me enseñarás a nuevamente creer

Si el desanimo llegara a invadir mi espacio, Tú me infundirás aliento,

Si la muerte llegara a tomar mi vida, Tú me proveerás vida eterna.

Sean muy bienvenidos a este espacio, creado para mostrar al mundo, al ser más maravilloso, perfecto y santo: Jesús. Él es el principal protagonista de esta blog, sin Él, todo esto no tendría sentido. Él es mi inspiración, y lo más hermoso que me ha pasado en la vida; antes de Él antes todo era gris, pero a partir de su llegada a mi vida, todo cambio, Él pintó mi mundo de múltiples colores, me enseñó que se puede llorar de alegría y gratitud. A partir de entonces, Él es mi Padre, mi amigo, mi consejero, mi hermano mayor...¡el amor de mi vida!, quisiera que lo conozcas, que lo ames y te dejes amar y sanar con su perfecto amor...

Agradecida

"Padre te escribo esta carta, y en ella te agradezco por todo tu amor y por las cosas que haz hecho en mi vida: Cuando de pequeña estuve enferma, Tú te acercaste a mí y me sanaste, tomaste mi mano en aquella fría habitación, y nunca más me volví a sentir sola. Durante toda mi vida me cuidaste, me protegiste de peligros y caminos torcidos, confundiste la visión de aquellos que buscaban mi mal. Me hiciste creer y entender que valía mucho delante de Ti. Por ti aprendí a estudiar, a desenvolverme por mi misma, siempre contigo a mi lado; y cuando creí que lo sabía todo, Tú me enseñaste que aún faltaba que te conociera mucho más, y fuiste Tú quien se encargó de revelarse en mi vida como un Dios vivo y verdadero; y hoy me sigues sorprendiendo con tus infinitas dádivas. Por eso y muchísimas cosas más te estoy muy agradecida. Te amo mucho.”

Pero cuando despertaste por la mañana y volteaste a ver tu rosa, entendiste que no era tal, sino que eran las manos de Dios...siempre fueron sus manos, llenas de amor para contigo, ellas se posaron sobre tu corazón, el que hoy sientes cálido y sereno; se posaron sobre tu rostro y enjugaron tus lágrimas, y colocaron en su lugar una enorme sonrisa; tomaron tus manos y te acompañaron y estuvieron velando tus sueños durante toda la noche... Aún están allí, y estarán allí contigo por siempre.